Gervasio Rodríguez ha trabajado como sondista en diferentes minas de la zona de Asturias durante los años 90. Es, además, experto en maquinaria pesada y, actualmente, jubilado de la mina. Su opinión, conocedora del sector, es representativa de la que muchos antiguos trabajadores y empresas mineras tienen sobre la minería en España. Su perspectiva, viendo la evolución de la industria especialmente en Asturias, difiere mucho de la imagen que la sociedad tiene de la minería:
¿Qué tipos de cargos y funciones tuvo en la minería de oro?
Cuando entré en la mina de Boinás (oro), estuve trabajando con una máquina de sondeos de interior. Es una labor muy importante que consiste en hacer el sondeo para sacar el testigo, donde te marcan las betas los geólogos y ver qué mineral sale. Una vez se ha obtenido el mineral, este debe pasar al laboratorio para ser analizado para comprobar su idoneidad.
¿Cómo ve la situación de la minería actual?
La minería en Asturias no tenía que haberse cerrado, ya que hay material suficiente para 30 o 40 años de energía. Además, este sector conlleva una gran riqueza para todo el entorno, sobre todo en el ámbito rural. No solo debemos concebir el impacto económico de la minería con los trabajadores de la propia mina, sino que su influencia se extiende mucho más allá: cadena entre el transporte, la restauración, la hostelería…
Al final, de lo que muchos no se dan cuenta es de que la pérdida de la minería supone perder el progreso del mundo rural e industrial, así como el liderazgo de una industria donde lo asturianos éramos referentes internacionales.
¿Cómo ha cambiado el pueblo entre el cierre y la apertura de minas?
La mina de Belmonte todavía sigue abierta. Pero el antes de su llegada es un buen ejemplo de lo que implica la minería: antes había solo tres bares y 15 casas como mucho. Íbamos a comer por turnos y había que esperar, porque no había otros sitios. Hoy, gracias al dinero que se ha recaudado por el impacto económico producido por esta industria, ganaderos que tenían simplemente cuatro animales hoy tienen todo un establo con mucho ganado, hasta han podido crear capillas en sus propiedades. La mina sigue funcionando, y, además, la industria llama a la industria: hoy en día tienen eólicos, otra que también da trabajo y producción.
¿Cree que la minería tiene mala prensa? ¿ Por qué?
Mucha gente no sabe realmente de lo que habla. Después, la política tampoco ayuda. Hay una gran evolución de la industria, existe un cambio abismal del sector en la actualidad con respecto a la antigua minería de carbón. Además, ya no solo las condiciones generales de la minería, sino que cambia mucho el material que se extraiga. Una mina de oro y una de carbón no se parecen en nada, y la gente no entiende que no es para nada lo mismo. Por ejemplo, en la minería de carbón hay que tener mucha más ventilación por culpa del grisú, y en la minería de oro necesitas pozos de ventilación y no tienes gases nocivos. Los pozos de ventilación, además, renuevan el aire continuamente y puedes estar tranquilamente trabajando. Tiene muchos menos riesgos, tanto para el trabajador como para el medio ambiente.
¿Qué cree que es lo que ha cambiado desde su época de trabajador?
Antes, como había subvenciones de todos los lados, la política era más activa a la hora de aceptar este tipo de proyectos. La consecuencia del fin de esa política no radica solamente en el cierre de minas, sino que, por culpa de eso, hay un montón de maquinaria por ahí parada, que vale millones. Es un desperdicio absoluto, en lugar de establecer un periodo de reconversión para optimizar recursos y no traumatizar al territorio se hizo de un día para otro. Es algo parecido a lo que pasa ahora con las eléctricas.
Antes ha hablado de las diferencias entre la mina de oro y la de carbón, pero ¿y entre la minería a cielo abierta y la cerrada?
La minería a cielo abierto causa mucho más impacto visual e impacto ambiental. La mina subterránea, como trabajas debajo de la tierra, no tiene estos problemas. Un ejemplo de convivencia puede ser la mina de Minersa, en Solís, allí pasa el río a 100 metros de la bocamina y el ganado está pastando en esa zona sin problema. En la de Belmonte de Miranda, lo mismo. Allí se hizo una balsa para los residuos, la cual tiene metidos siete piezómetros conectados que determinan si hay cualquier escape o cualquier movimiento de tierras.
Además, las minas en televisión han hecho mucho daño a la percepción social que se tiene en España de este sector. Hay programas que explican la minería en otras zonas del mundo pero que no tiene nada que ver con lo que sucede en nuestro país. Falta el factor educacional en este tema, cabeza y sentido común.
Para terminar, ¿qué implicaría abrir la mina de salave?
Si el proyecto Salave, lo que es la mina en sí, da 200 puestos de trabajo, detrás de estos 200 hay más de 1000 puestos de trabajos. Funcionarían los talleres, ya que siempre hay averías, los camiones trabajarían porque el mineral no se va a tratar aquí, los empleados tienen que comer por lo que la hostelería se movería mucho más… Al final es una cadena, se tendrían que abrir más tiendas, zapaterías…etc.
Con respecto al tema ambiental, el emisario que tanto da que hablar, simplemente es para evacuar agua que no está contaminada, son aguas limpias. Durante los sondeos para saber dónde van las vetas, sí se echa un producto a las aguas, GS, un polvo que se disuelve en agua, pero se trata simplemente de una especie de jabón para que el sondeo siga funcionando. En Boinás se hicieron depósitos para las aguas subterráneas, los cuales la recirculan a la planta, pero siempre se mueve en un circuito cerrado. Es agua limpia que puede servir también, con el movimiento, para generar energía. De esta manera, la mina podría llegar a ser neutra en consumo y generación de energía, tal y como pasa en la fábrica de Ence. En definitiva, el proyecto Salave sería la mejor solución laboral, económica y de desarrollo para Tapia de Casariego.
Muchas gracias, Gervasio, por tus interesantes opiniones sobre la minería. Siempre es un gusto conocer la visión de parte importantísima para el sector, como lo son los trabajadores. Una perspectiva desde dentro y que, además, entiende la evolución del sector y la posible convivencia del mismo con el resto de actividades. Ha sido un placer compartir esta charla y debatir también sobre la importancia que tiene la extracción de materias primas para lograr la transición energética.