Desde su uso histórico en las culturas antiguas, el oro ha ido adquiriendo cada vez más importancia en muchos tratamientos médicos modernos. Y es que las afirmaciones sobre los beneficios del rey de los metales en la medicina se remontan a miles de años atrás. Muchas culturas antiguas, como la egipcia o la china, utilizaban preparados medicinales a base de oro para el tratamiento de algunas enfermedades. Los más pudientes incluso masticaban láminas de oro y aliñaban las comidas con polvo de este preciado material. El rey francés Luis XII, por ejemplo, llegó a beber gran cantidad de oro líquido para intentar cuidar su delicada salud.

 

Aplicaciones médicas actuales

No sabemos hasta qué punto esto pudo dar resultado al monarca, pero lo cierto es que la utilización de este metal como remedio no ha cesado en la actualidad.  Aparte del uso obvio de las aleaciones de oro en la odontología para la fabricación de prótesis y las restauraciones dentales, también hay una serie de aplicaciones directas en dispositivos médicos. Y, al igual que en las aplicaciones dentales, estas están relacionadas con la excelente biocompatibilidad del oro como material.

Este metal posee un alto grado de resistencia a la colonización de bacterias y es hipoalergénico. Por eso, entre las aplicaciones actuales, se encuentran los cables para marcapasos y los stents chapados en oro que se utilizan en el tratamiento de las enfermedades cardíacas. Además, gracias a sus propiedades, se considera un metal muy valioso en la microcirugía del oído.

El oro también se ha empleado históricamente en medicamentos para el tratamiento de una amplia gama de dolencias. Es lo que se conoce como crisoterapia, que ha demostrado ser efectiva en afecciones como la artritis reumatoide, por reducir la progresión del proceso inmune.

 

Un posible aliado contra el cáncer

En los últimos años las propiedades de los compuestos de oro han despertado interés como posibles agentes contra el cáncer. Recientemente, un grupo de investigadores ha encontrado la manera de hacer crecer nanopartículas de oro directamente dentro de las células cancerígenas en apenas treinta minutos, lo que puede ayudar a matar los tumores.

Hasta la fecha, nanoestrellas de oro, nanotubos y otras estructuras de nanopartículas habían sido enviados a la batalla contra el cáncer, pero uno de los principales obstáculos era conseguir meter el material dentro de los tumores. En esta nueva investigación, publicada en la prestigiosa revista científica ‘Nature Communications’, los científicos han encontrado una forma de hacer crecer el oro directamente dentro de las células cancerosas. Se trata de un pequeño pero importante paso que, en un futuro no muy lejano, podría ayudar a tratar una de las enfermedades más mortíferas del siglo XXI.